agosto 18, 2009

Crisis

Ayer tuve una crisis

Regresé a la escuela con los ánimos encendidos, la buena vibra, las sonrisa tatuada en el rostro (de verdad, hasta me parecía un poco al guasón), el corazón agitado, la mente dispuesta.

Error.

No consideré los problemas (se les puede llamar así?) que dejé al terminar el ciclo anterior, y, que agravé en las laaaaaaaargas vacaciones. Me encontraba aterrada, no quería salir del salón nuevo (que está bastante feito, por cierto), mis amigos tenían que voltear para todos lados y luego decirme que todo estaba bien, mis manos sudaban y estaban heladas, mi pecho se agitó y la desesperación se me desbordó por los ojos.

Las horas pasaron y el miedo ("¿o era extrañeza? No, miedo de la misma extrañeza, acaso") no cesaba. Los nervios alterados, tensos. Parecía que cada uno tenía alma y mente propia y estaban conspirando en contra mía.
Ayer no pasó nada. El miedo fue en vano.




Hoy lo vi rondando el salón, me aterré y de nuevo la ansiedad se apoderó de mi mente.
"Tranquila, no va a pasar nada", me susurró Ixchel* al oído, "camina y sonríe. Natural, sé la chica que saqué del agua" me decía mientras se paseaba frente a mis ojos "no puede hacer nada aquí por más loco que esté... Ya cálmate, por favor"




Lo más estresante del día de hoy, fue encarar a la maestra de biología.
P.D. Sigo sin escribir, no porque no quiera: no me sale. Necesito el antídoto. He escuchado que el sexo es bueno para muchos males...
Necesito el antídoto...



No hay comentarios: