Estás atrapado y no tienes lugar para moverte, no te puedes detener. Te ves obligado a ir siempre hacia adelante. Tienes miedo porque no sabes qué cosas hay. Avanzas temblando, casi a tientas. Te comes diez metros y te das cuenta de que no pasó nada, de que nada te dañó y algo dentro de ti se siente valiente, mejor, fuerte. Cierras los ojos, tomas aire y cuando te decides a seguir ves el fondo negro y regresas al miedo.
Y avanzas y te detienes. Te detiene el miedo de no saber qué hay allá en lo negro, no puedes ver y eso te asusta. Pierdes el control de todo, incluso el tuyo. Estás como suspendido entre la negrura, entre la vida, entre todo y nada.
No sabes si vas derecho, no sabes si das vueltas: no ves nada.
Tocas tu cuerpo para ver si no te falta algo, si estás completo; recuerdas: cabeza, cuello, brazos, manos, piernas... en la bolsa del pantalón te encuentras una cajita con cerillos.
Ves el fondo negro y la cajita de cerillos en tu mano.
2 comentarios:
y que son los cerillos?
el valor que encuentras olvidado en tus bolsillos?
[jaja! verso sin esfuerzo]
Ya te lo he dicho, amiga, siempre hay esperanza.
Valor...
Me imagine que por un momento inclusive te da hasta miedo encender ese cerillo, no saber qué es lo que encontrarás...pero he ahí el pasillo de la vida, y lo que marca la diferencia es aquellos los encuentran no sólo en sus bolsillos...
Hasta pronto señorita.
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