Nadia me ha dejado una nota. Es un poco estúpida, pero creo que vale la pena que sus Queridos se enteren de esto:
“Estimada Ixchel:
Fue un gusto encontrarte el otro día debajo del agua; fue reconfortante mirar en tus ojos; fue un milagro que aparecieras justo en el momento en el que ya había decidido no salir a respirar.
El cansancio me invade, eso ya te lo he dicho, estoy harta de lo mismo siempre, estoy harta de las miradas felices y las sonrisas falsas. Estoy hasta la madre de tener que abrir los ojos por las mañanas y preguntarme si afuera todo está bien. Ya me he cansado de sus palabras, de sus gritos, sus enojos, sus besos, sus mimos; incluso estoy harta de pelear con ellos, siempre regresamos a lo mismo: pelea, gritos, distancia, lágrimas, abrazo, “amor”. Estoy harta de las órdenes y las tareas que me imponen. Me desesperan las preguntas que proceden a mi respuesta dada. Preguntas que preguntan lo mismo que acabo de explicar.
Quiero salir. Dejar esta mierda atrás. Recordarla como un hecho, no como una vida. Quiero explotar.
Caminar descalza, correr sin sofocarme, fumar siempre, leer sin interrupciones, escribir sin escribirle a Ella, gritar, no preocuparme por lo que comeré hoy, o pensar cada noche en la ropa que usaré mañana; bañarme con agua fría sin estar esperando a que la nariz empiece a sangrar; salir todo el día; no tener que rendirle cuentas a nadie.
Debo dejar de poner en peligro mi vida para correr a salvar a alguien cada vez que me llame. Una llamada a media noche puso en peligro mi vida, la vida que ya no quiero vivir. No así.
Debo dejar de tapar sus mentiras, de ocultar lo que todos ven, de negar lo que es la mayor de las
verdades...
Quiero vivir en otro lado, donde las cosas sean perfectamente caóticas. Habitar en un lugar en el que no tenga que servirle caldo de pollo a la mujer que duerme y que se lamenta su mala fortuna. Quiero dejar de lado todas las ideas burdas que rodean sus mentes. Ser algo distinto, algo mejor. No quiero terminar con dos hijos, un marido ciego, una casa que se derrumba a cada paso, una vida mediocre; no quiero tener la necesidad de dejar a los hombres meterse entre mis piernas para satisfacer un poco, no quiero tener que beber para poder olvidar lo miserable que es mi vida y despertar al día siguiente sin saber qué fue lo que pasó, con un tremendo dolor de cabeza y con el mismo sentimiento de asco de siempre; y darme cuenta de que soy más miserable que anoche.
Por eso decidí dejar de respirar, creo que estoy sumergida en un charco de lodo en el que ya muchos han ido a cagarse; así que nado entre las mierdas de otros. Voy directo a lo que no quiero y por el momento no he encontrado la salida. Decidí dejar de respirar porque sé que voy para allá. Y yo no quiero, no quiero ser miserable. No.
Pero luego apareciste con tus ojos grises y tu voz de sumamente pasiva, reconfortante. Te encontré debajo del agua y luego montada en uno de los picos de la media luna, la misma que cuelga de mi cuello. Me dijiste que no me preocupara, que ya iba a mejorar. Que todo sería mejor pero que ya debo prestar más atención. Salir, sí podrás salir, me dijiste, sólo debes respirar de nuevo. Y respiré.
Sólo quiero respirar el aire puro. Ser yo.
Ser yo.”
La chica había decidido dejar de respirar el mismo día que le dijeron que pasó matemáticas. El mismo día que se sintió importante y poco estúpida. El día que se dio cuenta de que era feliz, de que todo en ella estaba en su lugar. Día en el que, por un momento, no le importó lo que a Ellos les pasaba. El día que decidió ser ella misma dejó de respirar, porque no pudo evitar sentirse como los demás días. Ahí llegué yo. Y no me iré hasta que ella logre lo que quiere, ya no dejaré que se sienta sola. Me quedaré en uno de los picos de la media Luna que cuelga de su cuello y se aloja entre sus pechos. Ahí cerca de su corazón, de su alma, de su esencia. Cerca de ella.
2 comentarios:
Parte de mi respuesta esta debajo del último comentario que me realizó, no obstante en este caso yo moriría y el me reviviría al odio diario que manifesara a cualquier cosa, me acogería en ese sentimiento...
Hasta pronto
Creo que ahora me adueñaré de este post...espero no piense que soy posesiva.
No estoy molesta, al contrario, agradezco el tiempo prestado a estas locuras que salen de mi mente, y más aún, los comentarios hechos.
Ojalá y lo siga haciendo.
Mis saludos.
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