2 de octubre...

Hoy no es dos; tres, tampoco; ni cuatro; y mucho menos cinco.

Hoy es seis de octubre y todavía no son ni las seis de la mañana.

Yo no me acordaba que el viernes era dos de octubre (es realidad últimamente no tengo un buen sentido del tiempo ni del espacio) y todo el día anduve corriendo.

Yo vi el celular el domingo cuatro de octubre a eso de las cuatro de la tarde y me dije Diablos, ya fue dos de octubre.

Acabo de llegar de una ciudad que es rosa y mi espalda reposa en la luna que hay en mi cama. Me dispuse a buscar imágenes del dos de octubre y esto fue lo que me encontré:

Dejé dos lágrimas en el autobús que nos traía (al grupo y a mí) de regreso a la Capital a tiempo. (La luna de octubre es la más hermosa)

Yo quería ir a la prepa el viernes dos de octubre. Todavía me acuerdo del año pasado: el poema de Sabines, las conferencias, los stickers, CANOA pintado con rosa al pie de las escaleras de los cubículos. "Dos de octubre, ni perdón ni olvido"

Enrique estudia en la prepa dos de octubre. Yo le digo que es un burrote por haber sido rechazado de la zapatilla. Él me dice ñoña.

Yo no sé por qué, pero cuando vi esta foto me acordé de: Acuérdate siempre de que eran más de tres mil y que los echaron al mar.

Murió con los ojos abiertos.

Por supuesto que no pondré la reseña de la fecha dos de octubre. Sólo me pareció importante, casi necesario, recordarlo y hacer que se acuerden.

Los juegos olímpicos en México fueron en octubre del 68. Si el dos de octubre no hubiese pasado lo que pasó, yo no tendría Ni Puta Idea (NPI en lenguaje bio-médico) de la fecha de los juegos olímpicos en nuestro requete multicultural país.

El dos de octubre del sesenta y ocho pasó lo del dos de octubre. En octubre del sesenta y ocho los juegos olímpicos fueron acá. Las paredes estaban limpias.