octubre 12, 2009

Frío

Hace poco terminé de leer (por fin) la cosa más chidita.

Cien Años de Soledad, ni más ni menos que de Gabriel García.

Tardé mucho porque con los exámenes, los montones de tarea que siempre dejan los maestros en la prepa, los ensayos de danza, la preocupación de la inspiración perdida, el enorme espacio que ocupa diosito en mi mente pequeña, los viajes... no me quedaba mucho tiempo para abstraerme en el libro.

Regresé hoy en la mañana de Torreón, con un dolor terrible de espalda a causa del frío que se colaba a través de una ventama mal cerrada.

Mientras trataba de poner en orden mis ideas y de darme calor haciéndome bolita en el asiento, comenzé a ordenarme y, mi asiento: mochila, chamarra, sudadera, pulseras, estrella verde, cristal, luna que cuelga...


'Se puede llevar un recuerdito'. Tuve una de esas regresiones. El negro de la noche se puso enfrente, me trajo su cuerpo, la exquista blancura de su piel, su respiración entrecortada, su sonrisa sarcástica, su voz tambaleante, la voluntad inquebrantable... Todo un hombre de principios...


Cuando regresé, un delgado hilo de frío remarcaba en mi mejilla el lugar en el que había pasado, momentos antes, una lágrima.


Tengo frío en la espalda, en la piernas, en la cara, en el alma...

2 comentarios:

Ery!* dijo...

Saludos señorita!

Ya hacía mucho que no platicaba con usted, creo que ha estado muy ocupada, y más aún, con tantas cosas en que pensar.

Que tenga una linda semana!*

Nadia Valdez dijo...

Señorita: creo que tods hemos estado sumamente ocupados, ud. sabe: exámenes, tareas, trabajos, talleres (blablabla)
Se da cuenta de que incluso hemos tenido un poco abandonado el blog?
Es verdad que ya tiene un buen de tiempo que no platicamos, pero, insisto exáme... blablabla
Yo también espero que tenga una lina semana